domingo, 20 de abril de 2014

Sobre la creación de un capítulo.

Todo puede criticarse en un manga: la historia, el desarrollo de personaje, los dibujos, la coherencia, la regularidad de su publicación, etc...Sin embargo, ¿cómo se crea un capítulo de manga? La verdad es que no tengo idea concisa, pero no estoy en ceros, aunque quizá debería investigar más al respecto. La verdad es que me interesa el tema. Hoy trataré de explicarles como creo, personalmente yo, un capítulo de mi caricatura.

Mi caricatura se llama Epsilon-Delta y actualmente consta de 33 capítulos. El último capítulo publicado, el número 33, lo subí ayer a mi página y durante el proceso tomé algunas fotos para este escrito. ¿Cómo creo un capítulo de Epsilon-Delta?

Para empezar debo saber qué vendrá en el capítulo que voy a dibujar: esto es por un lado difícil y por otro simple. Lo que se reparte en los distintos capítulos está dictado por el flujo de la historia. Prometo escribir con más detalle, en otro momento, acerca de como diseñar la historia (o al menos yo, cómo diseño las historias...). Sin embargo, aquí menciono que en general la historia de un capítulo inicia con el final del capítulo anterior, terminando en lo que denominamos cliff hanger, y tiene como objetivo concluir en algo emocionante que enganche al lector en desear leer el siguiente número de la historia. Yo tengo una libreta donde apunto el desglose de los capítulos: ¿Qué ocurrirá en cada uno? ¿Cómo quiero que esté explicado? Tengo notas que indican si quiero que aparezca antes o después algún acontecimiento, y luego, al acercarme al capítulo donde ocurrirá dicho evento, tomo la decisión de como ponerlo. No nos desviemos en eso ahora.

Discutamos sobre la creación misma de los capítulos. Cómo es de esperarse los capítulos tienen que estar dibujados en hojas de papel, así que la primera cosa importante es tener dichas hojas. Dependiendo de la caricatura, de la importancia que le de al capítulo, de la alineación de los planetas, etc...a veces utilizo hojas comunes y corrientes y a veces utilizo opalina. La hoja que utilicemos debe ser buena para que el material de dibujo sea compatible, por ejemplo, si no absorbe bien la tinta china, al momento de entintar puede hacerse un batidero porque todo se chorrea...Yo para Epsilon-Delta utilizo, casi siempre, papel bond.

El primer paso en la construcción de mis capítulos en sentarme con una regla y un plumón negro a diseñar el orden de las viñetas. Esto es, los cuadros donde irán los dibujos. Al inicio, mero inicio de Epsilon-Delta, decidí que por hoja nunca habría más de seis viñetas. Desconozco si he cumplido al cien por ciento esa meta, pero al menos creo es algo que por lo general ha sido constante. Por supuesto, podría haber solamente una viñeta.

Las clases de viñetas pueden ser muy variadas y esto vuelve muy dinámico lo que se expresa con el dibujo. Es decir, tu sentir no sólo se modifica de acuerdo al diálogo o al dibujo que estás viendo, sino que capta la viñeta en la que lo estás leyendo. No es lo mismo poner una viñeta circular, que una cuadrada o una en forma de estrella. Lo mismo aplica con el tamaño de la viñeta o la posición en la hoja. Me gusta pensar que cada hoja es un micro mini capítulo, y que la viñeta que toca la esquina inferior izquierda (dicha viñeta será la última en leerse, en la lectura occidental.) es el mini cliff hanger que se hila de manera pertinente a la primera viñeta de la siguiente hoja. Por lo tanto, si de pronto un personaje gritará algo súper relevante, o se revelará un gran misterio, ese debería ocurrir (generalmente, hay excepciones claramente) en la primera viñeta leída de una página y no en la última.

Por supuesto, la repartición de viñetas es cuestión de gusto y feeling, así como de estilo, pero generalmente las cosas impactantes, importantes y que deben captar la atención están en viñetas grandes, vistosas, bien posicionadas. Muchas veces si lo que hay dentro es un grito hasta se complementa con una viñeta en forma de estrella, cómo si la frontera de la viñeta se alterara con la modulación de la voz del personaje.

Aquí podemos ver algunos ejemplos, que me gustan, de viñetas bien colocadas con momentos relevantes ocurriendo en ellas:

  

El cómo decidir repartir las viñetas es un proceso que a mi me cuesta algo de trabajo, porque debo pensar en varios detalles: ¿qué diálogos irán allí? Pues  la viñeta debe dejar espacio para ellos, admito que esto último me sigue saliendo algo mal pues a veces mi caricatura queda algo amontonada. También debe haber suficientes viñetas intermedias que hagan claro que es lo que está ocurriendo, sin volverlo tedioso, y que hacen el avance de una viñeta más relevante a otra, más claro. Por ejemplo, en una batalla todos queremos ver los golpes fuertes, las declaraciones intensas y las sorpresas que tengan preparados los contrincantes, pero si sólo saliera eso sin llevarnos de una a otra, o de explicarnos un poco cuál es el movimiento de los personajes, esto se volvería una locura pues no se entendería nada. Una hoja que me gusta mucho cómo queda eso es:


Así pues, para mi el primer paso es tener las viñetas donde dejaré caer los dibujos. Sin embargo, no hago todas las viñetas de golpe pues la longitud del capítulo, así como el avance de los dibujos va cambiando y aunque la historia no cambie, si se altera que tan explícito quiero ser con alguna parte del capítulo, etc. Generalmente trabajo en bloques de 5 páginas, las cuales lleno con los dibujos y luego me paso a las siguientes cinco, y así continuo.

Luego sigue hacer los dibujos. Uno está acostumbrado, por lo que le cuentan, por lo que ve en Internet o en la televisión (¿televisión?) o lo que ve del típico amigo que sabe dibujar, que uno inicia con un boceto, al cual va agregando detalles, aquí y allá, todo a lápiz hasta tener la versión final, a lápiz, del dibujo. Podría decir que yo sigo esta receta, sin embargo, mi proceso de aprender a hacer bocetos es medio una broma pues nunca fui a clases ni se hacerlos demasiado bien que digamos, y bueno, mis dibujos de manos a veces son decentes y la mayor cantidad de veces malos, pero al menos la idea se entiende (que de acuerdo a unos chicos que trabajaban en la revista Doon es lo importante...).

Yo aprendí a hacer bocetos, y adquirí la idea del dibujo en general, de mi madre. Ella gustaba de dibujar mucho y hacía caricaturas en distintos estilos. Mi primera caricatura se llamó "Supermana" y era mi madre. No tenía historia, argumento, ni buenos dibujos ni absolutamente nada. Un capítulo tras otro se trataban de supermana luchando contra algún enemigo que yo inventaba, generalmente asociado a algún gato o lagartija. La primera vez que me interesé por dibujar más seriamente fue cuando mi prima, a mis doce años de edad, me platicó de Sakura Card Captors y yo quede pescado por dibujar caricaturas. No tanto por el estilo de dibujo, sino por la idea de plasmar una historia. Crear historias me parece fascinante, ya sea en novela, actuada o en dibujo. Dibujar parecía atractivo para plasmar una historia.

Mi primer paso para lograr tener una historia que dibujar fue diseñar personajes y una historia. Así tengo una historia que he diseñado con el paso del tiempo, cambiádola a más no poder, dándole una historia más rigurosa, interesante (según yo) y compleja (según yo, otra vez) que la que tenía a los doce años (...sin comentarios). Dibujé muchos, muchísimos bocetos, capítulos, sub historias, y hasta grabé con mis amigos algunos capítulos de esa caricatura, la cual aún quiero hacer pero como deseo sea mi gran obra, ando trabajando en otras anteriormente...Total, me atasqué con la cuestión de: ¿Cómo demonios hago un buen dibujo?

Para apoyarme en mi difícil tarea mi padre me compró el tomo 2 de la serie Como dibujar Manga. Ahora tengo varios de esos libros (tenía más, pero con los viajes se me han perdido como dos.). Aquí están los que tengo:


(Ups...sale mi pie, de fotógrafo no la hacía.).Allí te explican lo básico de la perspectiva, del dibujo de fondos, aplicación de tramas, algo de bocetos, etc...Lo de bocetos viene mejor explicado en el tomo 4: el cuerpo humano, libro al que mi tía exclamó: ¡Está un poco pornográfico! ¿no? La verdad es que leer esos libros me sirvió mucho para darme una idea de lo que debía hacer, pero no fueron mi gran sensei pues muchas cosas no podía llevarlas a cabo y otras, creo yo, realmente se necesita un humano que lo haga contigo para pasarte los verdaderos tips y no sólo ver una imagen que no es dinámica. De cualquier forma, de leerlos me fui animando a hacer mis propios intentos y desarrollé mi propio estilo de mal dibujar (en palabras de mi prima: ¡me encantan sus cabezotas!) y al menos puedo expresar ideas, con dibujos suficientemente decentes, para que no se pierda la seriedad de lo que deseo expresar mediante ellos.

Había otros libros que me sirvieron para fantasear...y PUNTO. Me refiero, por ejemplo, al tomo 6: Color. Pues es una preciosidad pero no podía llevar nada a cabo pues no tenía plumones, ni la mesa de dibujo especial, ni el aerosol, no tenía nada...Me tomo 13 años conseguir los putos plumones Copic Sketch, los cuales me trajo un amigo de Japón cuando el viajo. Yo le decía: ¡Te traes los 800 plumones distintos que hay o mejor ni vuelvas! Me trajo una linda cajita de 24 que me costó 2000 pesos...Al verano siguiente comenzaron a venderlos en Hiperlumen...

Total, aprendí a hacer unos metabocetos que fueron suficientes para que yo pueda expresar las ideas que quiero. Cuando comencé Epsilon-Delta me tuve que preguntar qué grado de seriedad quería darle a los personajes con mis dibujos. Esto es importante, pues el grado de seriedad contribuye mucho a lo que expresan los dibujos. Por ejemplo, y esto es una opinión personal, pero originalmente yo me negaba a ver One Piece porque argumentaba que sus dibujos carecían de seriedad, a veces era muy simplón (por decirlo de algún modo) el estilo de dibujo. Sin embargo, cuando me animé a verlo y evalué la historia, sus personajes y sus argumentos decidí que estaba bien. Si One Piece se dibujara con dibujos tan serios como los de otros mangas (¿Samurai X?) sería demasiado intenso a veces. Ya me imagino el alza de suicidios...

Decidí que no lo iba a hacer tan serio (tampoco dibujo tan bien, de todos modos) así que sería relajado con el estilo, perdonaría que de pronto se me fueran proporciones, o que me salieran dbujos medios chuecos y rematé con el hecho de que mis personajes tienen 4 dedos. Así pues, lleno las viñetas con los dibujos que anteriormente me fui imaginando en ellas. A veces al ir dibujando me doy cuenta que me hace falta otra hoja, donde pondré ciertas viñetas para hacer más clara la idea, o de plano cambio el esquema de las viñetas y dibujo de nuevo. Así, al finalizar el dibujo de las viñetas tengo entre 20 y 25 (a veces hasta 30, pero son las menos, aunque varios dicen que deberían ser las más), hojas llenas de bocetos.



Al principio de Epsilon Delta hacía capítulos de 5 a 10 hojas. Bastante cortos donde técnicamente sólo pasaba un suceso importante y ya, pero conforme fui avanzando decidí ir poniendo más hojas. Desde el capítulo 15 (¿o el 18?) decidí que todos mis capítulos tengan cuando menos 20 páginas. Aquellos donde dibujo batallas son los más pesados y tienen generalmente entre 26 y 30 páginas. 

La etapa de dibujar es de las más divertidas, pues es donde realmente estás llevando a cabo el avance de la historia. Técnicamente es el momento de plasmarlo en el papel. Yo me divierto mucho haciendolo, pero siempre tengo que ayudarme de diversos medios para soportar la emoción. A veces, cuando me gana la emoción en una batalla se me olvida el dibujo y me paro y comienzo a actuar la batalla...y mis amigos, con los que vivo en mi casa, me ven desde la ventana y me gritan: ¡Ponte a trabajar, cabrón! (Y en algunas ocasiones: ¡Vístete cabrón!). 

Para dibujar batallas muchas veces escucho soundtracks de batalla como las de Naruto, One Piece, Bleach o Dragon Ball Z y los Caballeros del Zodiaco. Mis favoritas para escuchar en batallas son:

Los de One piece:


Una de Dragon Ball Z que por alguna razón no me deja subir. Aquí el link:


De los Caballeros del Zodiaco (especialmente desde el minuto 3):

En resumen, es necesaria una buena ambientación para que los dibujos salgan mejor. Ciertamente supongo esto no sorprende a nadie. 

Ahora que las viñetas están rellenas con bocetos sigue el momento de pasar todo a tinta. Para ello utilizo estilógrafos. Cuando tenía como trece años compré un paquete de tres estilógrafos Staedler de tinta china bastante padres. Tenían un compartimiento en el cual ponías la tinta y cuando se acababa lo volvías a llenar. había de tres tamaño de punta, que es de lo que depende el grosor del trazo que llevas a cabo: 0.1, 0.3 y 0.5. Me sirvieron durante unos años, en los que hice algunos capítulos de otras caricaturas, y entintaba con ellos. Lamentablemente, tiene uno que tener mucho cuidado de que la tinta no se sequé y hay que limpiarlos bien. En los míos la tinta se secó y dejaron de servir (se tapan los ductos...).

Ahora utilizó otros estilógrafos Staedler que son deshechables, así que cuando se me acaba un grosor pues voy y lo compró de nuevo. ¡Son carísimos! O eso creo yo, tres de ellos salen como en 160 pesos (los venden en paquetes de 3). Además, hace poco conseguí en Hiperlumen unos estilógrafos, también deshechables, que son de la marca Copic Sketch (que es con la que ando fascinado).


Recuerdo que siempre he entintado mis caricaturas. De hecho, antes, cuando dibujaba una caricatura a la que llamaba Psycho Big (y que estaba muy, pero muy, influenciada por los caballeros del Zodiaco y Power Rangers...¡Sólo imagínense que cosa!) ni siquiera hacia el dibujo a lápiz. Como viniera lo dibujaba con plumas Bic. También hubo una época en que hice otra caricatura (o más bien empecé) que se llamaba Zombies y era trazo directamente con tinta. Ciertamente son más fáciles de hacer si tienes buen dominio de la técnica, pero yo no lo recomendaría para un trabajo serio. Es mejor poder borrar con lápiz.  

El entintado es pesado pues debes tomar cada una de las páginas que ya has dibujado y pasar a tinta todos los trazos importantes. Por supuesto, debes elegir correctamente el grosor para que el dibujo se vea bien. El trazo estándar lo hago con el punto 0.3, pero a veces se requieren grosoros de 1.0 y a veces muy delgados del 0.05 o 0.01 (aunque trato de usar lo menos posible estos últimos, pues la punta de los estilógrafos es muy sensible.). hay que esforzarse mucho:


Uno recibe la hoja a lápiz:

 

Y debe dejarla así:


En mi experiencia (aunado al hecho de que hago todo yo sólo) este es el paso más difícil y tedioso, pues es volver a repetir todas las hojas y muchos de los trazos. Para hacer el trabajo más llevadero (Digo, tampoco piensen que es horrible, pero es pesado) divido la cantidad de hojas en paquetes de cinco y los hago por bloques. Tomo un paquete y empiezo y hasta terminarlo no me levanto, luego descanso un poco (a veces más que otras) y luego continuo con el siguiente bloque. Aquí vemos los primeros dos bloques de cinco del último capítulo de Epsilon-Delta:


Pero así es como se veían al ver todo el trabajo que faltaba:


Como va a hacerse una edición en computadora, es importante que el lápiz no se vea. Por lo tanto, una vez que hemos escaneado...¡Se debe borrar el lápiz! Pueden ver como se ve un dibujo con lápiz y tinta:


Podríamos dejar el lápiz y luego quitarlo en la computadora, pero eso agrega trabajo extra, además de que las hojas originales no quedan tan bonitas. Prefiero realmente hacer el trabajo extra de borrar. El borrado nuevamente lo hago en bloques de cinco, aunque es mucho más rápido. Lo importante es hacerlo de tal modo que no se arruguen las hojas. Cuando ya se ha borrado la hoja queda así:



Y finalmente todas las hojas han sido entintadas y borradas. En este momento uno suspira y se congratula de haberlo logrado nuevamente (y jura que nunca lo volverá a hacer, por supuesto):


Antes de pasar a la parte que se hace en la computadora guardo las hojas en "porta papeles" para que se conserven. Ya tengo varias carpetas dedicadas para esto. Además de que me sirven para verlas y sentirme bien del trabajo realizado anteriormente, son referencias relativamente rápidas para encontrar cómo dibuje una u otra cosa con el objetivo de darle congruencia a las imágenes. Hasta el momento llevo como entre 250 y 300 páginas allí guardadas:



Es muy agradable ver los dibujos, además de que me gusta mostrarles los originales a mis amigos (ja ja, se siente uno como poseedor de un tesoro...¿algo así?). ¡Pero en fin! El trabajo no ha concluido.

La siguiente parte se hace en la computadora y consistirá de la edición de cada una de las hojas. En este pasó pondré los diálogos, haré algunos ajustes de manchas que ocurren durante el escaneado, homogeneizaré el color a blanco y negro y haré algunos dibujos que es mucho más sencillo hacer en la computadora. Además corregiré los trazos que entinté y que no debí haber entintado. Para ello dejo una marca con lápiz en la hoja, la cual sale escaneada y entonces no lo olvido pues veo dicha nota al editar la hoja. La nota la borro en la computadora después. 

La primera parte del proceso es escanear todas las hojas, lo cual admito es cansado, pero si se hace con paciencia es bastante rápido. Así que al principio comienzo con un montón de escaneo. El programa que utilizo se llama paint.net, y a veces cuando se necesita algo más sofisticado uso Gimp. Ambos son gratuitos y son fáciles de utilizar (más paint.net que Gimp). La pantalla de trabajo se ve así:



El primer paso que llevo a cabo es limpiar todo, es decir, paso a blanco y negro la imagen. Limpio las sombras que quedaron, esto es truculento pues a veces no se notan muy bien y al hacer el pdf final se notan un chorro...Eso me molesta pero intento cada vez hacerlo con más cuidado. Todo ello depende de como se haga el escaneo, a veces sale excelso y a veces muy sucio. Borro todos los rastros que quedaron de lápiz y luego relleno (con la cubetita) los espacios que deban llenarse. Al final de este proceso la hoja quedó así:


Observen como rellené un gran espacio de negro. Podría haberlo hecho a mano, pero hubiera sido bastante tardado y no me quedaría tan homogéneo como se obtiene al hacerlo a máquina. 

Finalmente agrego los diálogos. Muchas veces, para agregar más distinción a los personajes, las letras de cada uno son distintas a las de los demás. Por lo tanto, tengo una lista con qué fuente "habla" cada personaje. Además, en la mayoría de los diálogos debo poner la burbuja de diálogo por lo que debo calcular como irá puesta. Al final, la hoja quedó así:


Este proceso lo repito con todas las hojas. Es una de las partes más tardadas de la creación del capítulo, quizá tan tardada como es entintar. Por supuesto, podría argumentarse que los globos de diálogo los hiciera a mano, al mismo tiempo que los bocetos, y a veces lo hago, cuando quiero un globo de diálogo que no es fácil hacer en computadora, como las estrellas. También podría poner las letras con tinta. Sin embargo, no hago nada de eso pues le baja diversidad a los personajes, y calidad a la caricaturas.

Cuando estaba en la secundaria dibujaba una caricatura en libretas blancas que compraba y dejaba que la leyeran algunos compañeros. Eran capítulos de los Psycho Big, la misma caricatura de la que platiqué anteriormente. Hacía los diálogos a mano, y un amigo me dijo: Si yo hiciera una caricatura me tomaría el tiempo de hacerla bien. Recuerdo mucho su comentario, pues fue acerca de que mis diálogos eran difíciles de leer y estaban monótonos.

¡Alas! Encima de eso, la creación de Diálogos es bien importante para el desarrollo de la historia. No puedes tener diálogos malos que no concuerden con la manera de ser del personaje, además el diálogo tiene que combinar con el dibujo donde lo estás poniendo. Por lo tanto, cuando estoy en la parte de las viñetas y me imagino que irá en cada una, también estoy reflexionando sobre qué dirá el personaje en ese momento. Muchas veces estoy refinando el diálogo, y de plano me atoro y me pongo a caminar por la casa. 

Sólo por anécdota, comento que en esta ocasión, estaba atorado con un diálogo y comencé a caminar por la casa. Me preguntaron: ¿Estás bien? ¿Estás nervioso? Y yo: ¡Si! ¡Pero analizo diálogos!

Con los diálogos debes de reflejar el personaje y por tanto, un lector debe de aceptar: Sí, eso sí lo diría esa persona. Se los juro que es difícil, pues muchas veces uno quiere poner diálogos que vienen mucho de como lo dirías tú mismo, pero así no debe ser. Debes entender al personaje y escoger las palabras correctas.

¡Y encima de todo debes tener buena ortografía y gramática! Cosa en la que yo soy pésimo, me esfuerzo pero siempre me salen todo tipo de errores al final...Amén. Aunque ya prometí hacer una revisión al terminar.

Finalmente, al terminar la edición de todas las hojas sigue unirlas en un pdf. Utilizó el programa Office Draw de Open Office. Esto es relativamente fácil de hacer. Allí, además, pongo la hoja donde digo que soy el autor y los derechos de autor

Finalmente, al terminar todo este proceso subo el capítulo a mi página donde se puede descargar para leer. En total, si me sentara de corrido a hacerlo, y tomando en cuenta que uno se cansa, se harta, se atora, se fastidia, sale al cine, etc..me toma una semana hacer un capítulo, pero al terminar lo puedo leer como doscientas veces hasta sentirme muy muy satisfecho del trabajo realizado.




jueves, 3 de abril de 2014

¡Y hoy empezaba la feria del libro!

Hola a todos.

Después de un inmenso e ininterrumpido periodo de abstinencia en cuanto a publicaciones se refiere he vuelto para comentarles algunas cosas que se me vengan a la mente en este momento. Para empezar, frente a mí está un  amigo, y yo estoy escribiendo mientras leo en voz alta lo que escribo, cual pluma mágica, haciéndome sentir Rita Skeeter.

Hoy inicia la Feria del Libro en la Universidad de Guanajuato, y yo pensaba ir con mi amigo a ver libros (y gastarme toda la tarjeta en ellos), pero cuando llegamos estaban apenas poniendo los libros (y mi amigo alega que ni eso, que apenas estaban bajando las cajas...). Así que me frustré y grité: ¡Creo nunca he visto a los mexicanos ser puntuales! Claro, estaba siendo exagerado (muy muy exagerado), pero estaba frustrado.

¿Qué tiene que ver esto con los cómics, mangas e historietas animadas que nos llenan de pasión día tras día? Nada. Pero intentemos sacar algo a partir de ello.

Por ejemplo, está la siempre clásica impuntualidad de los jóvenes principales de algunos mangas: Por ejemplo, Naruto es impuntual. Obito era impuntual y Kakashi siempre llega tarde a propósito. Ahora que lo único que deseamos es que el cómic de Naruto sea impuntual y no llegue semana con semana, ¿qué más queda por decir?

Quizá podríamos apelar a que existiera una caricatura cuya temática principal sea la impuntualidad. Por supuesto, esto suena inverosímil y posiblemente esté destinado al fracaso. Sin embargo, como ya he mencionado en los axiomas anteriormente, para toda temática hay un buen manga que la desarrolle de manera apropiada y emocionante. Así que basado en este axioma (que claramente no puede ser falso) desarrollemos para el emocionado público lector una historia.

Debemos preguntarnos una infinidad de cosas (ok, no, sólo una cantidad finita de cosas) para poder desarrollar unas historia. Por supuesto, yo sólo puedo basarme en mi manera de afrontar las cosas (o bien, estudiar acerca de la manera de desarrollar caricaturas otros dibujantes.) ¿Qué cosas me pregunto?


  1.  Mi amigo sugiere: ¿Cuál es el objeto del significado?
  2. ¿Será una historia larga o será corta? ¿Será quizá un one-shot? 
  3. ¿Cómo desarrollaré a los personajes? ¿A los antagonistas? 
  4. ¿Qué persiguen los personajes y los enemigos?
  5. ¿Dónde sucede la historia? ¿Porque esta historia está bien fundamentada (o al menos creíble)?
La verdad es que es difícil contestar todas estas preguntas. Pero intentémoslo ahora: 

¿Como desarrollaré a los personajes? En general, mi manera de desarrollar personajes se basa en dos técnicas (que creo yo son muy usuales). Una de ellas es basarme en personas de la vida real que yo conozco. Así, en una de mis caricaturas (llamada Epsilon-Delta) varios de los personajes están basados en mis amigos (o conocidos), y en diversas ocasiones intento que se parezcan a ellos en actitud (o al menos, que reacciones cercanamente a lo que yo creo sería una reacción apropiada). Por supuesto, generalmente esto sale terrible pero aún así es suficiente para dar una distinción entre los diversos personajes y que no todos parezcan iguales. La otra técnica, por el contrario, es intentar no basarme en nadie y elegir rasgos que mee gustan y unirlos a priori, como si fueran axiomas de una teoría y empezar a deducir propiedades del personaje.

Basándonos en la primera técnica nuestro personaje principal será un joven (que obviamente está basado en mi amigo de enfrente, y quien espero no me golpee(y el advierte que considere que tiene líquidos calientes a la mano) al describir el personaje. Será un personaje impuntual claramente (cosa no tan falsa) a la que deberemos inventarle una meta, una razón de ser, un objetivo alrededor del cual gire la historia (ya sea one shot o cómic largo). Por supuesto, ¿qué meta puede tener alguien impuntual? Podría ser muchas cosas. 

Un proceso fundamental por el que deberemos pasar es justificar la razón de que sea impuntual, especialmente si esa es el tópico que se quiere explorar. ¿Un trauma de la infancia? ¿Una promesa que desea cumplir? ¿Un rasgo que odia pero no logra quitarse? ¡¿Una maldición de una feroz bruja?! ¡Algo más dramático! ¡¡Es la manera de escapar de un grupo de enemigos que le persiguen!! Nunca lo encuentran, pues nunca llega a tiempo a donde ellos creen que estará. Este último hasta te grita como debería desarrollarse la historia un poco:

 En la primera saga introduciríamos a algunos personajes. Obviamente al personaje impuntual, así como a algunos enemigos y amigos. El objetivo sería mostrar el porque es impuntual, el porque lo persiguen. Al mismo tiempo, al final de la serie se mostraría el que va a ser como "EL" enemigo. Aquél que sabrá como enfrentarlo. Será el enemigo paciente. Casi nos imaginamos el diálogo con el que acabará la saga.

-Enemigo A: ¿Cómo es posible que se escape una y otra vez?
-Enemigo B: ¡Nunca aparece! Jamas está allí, esperamos un poco, a veces más a veces menos pero jamás se aparece. Sin embargo, sabemos que eventualmente llega. Sólo que ninguno de nosotros está presente cuando lo hace.
-Enemigo C: Habrá que decirle a él.
-Enemigo A: ¿A quién?
-Enemigo B: Tú no le conoces, no viene desde hace mucho tiempo. Solía ser el líder de nuestro clan, le decimos Isthar, el paciente. Dicen que espero sentado viendo el cielo cambiar una y otra vez hasta que todos sus enemigos se rindieron de aburrimiento.
Enemigo A: Eso suena a un mito...
Enemigo C: Quizá sea falso, pero de él no se escapará.

Y obviamente esta plática debería mejorarse, pero nos da una idea de quién será el personaje antagonista principal. Será Isthar, el paciente. El primer capítulo de la segunda temporada debería tratarse de cuando se encuentran por primera vez. Por supuesto, nuestro personaje principal debería encontrarse profundamente sorprendido. ¿Pelean? ¿Intenta escapar? ¿Qué sucede? Posiblemente la segunda saga es el conflicto entre estos dos: ¿El impuntual afrontará a su adversario? ¿El paciente se impacienta? ¿Sobre qué pelean? ¿Ya se conocían antes? Conforme se desarrolla esta temática quizá nos vamos dando cuenta que hay cosas que es relevante decir desde la primera saga @. @, así que tendremos que reorganizar varias cosas. 

  • Isthar: Yo nunca he tenido ninguna prisa. Tampoco ninguna intención en atacar a nadie. Lideré aquel clan porque solía tener objetivos puros, que valían la pena. Con el tiempo eso se corrompió. ¿Porqué les ayudo a perseguirte? Porque tu representas algo que considero no ayudará a que nuestro reino prosperé.
  • Personaje principal: ¿Y aniquilarás a todos aquellos que sean como yo?
  • Isthar: No. Sólo a ti, porque a diferencia del resto tú tienes mucha influencia. Tú eres una amenaza, el resto sólo una pena.
 Por supuesto esto nos recuerda a Javert y Jean Valjean...Nos hace pensar ahora que la temática principal será el conflicto de ideales entre Isthar y nuestro personaje principal. Por lo mismo, si queremos que sea intenso y que tenga un desarrollo profundo pero que no esté diluido deberá ser breve. Algo corto, quizá dos temporadas cortas y ya. En algún momento Isthar se encuentra una carta escrita por nuestro personaje principal, mientras espía las posesiones de aquel:

¿Porqué soy impuntual? La pregunta es pobre, pierde demasiada esencia del verdadero problema. En mi juventud, hace ya bastante tiempo, solía ser metódico, creía fervientemente que el progreso estaba cimentado en el método y que sólo aquellas cosas que se tradujeran en provecho material son aquellas que deben apoyarse. Por supuesto, yo no apoyaba las artes o la ciencias abstractas. ¿Qué manera de progresar podría venir con ellas? ¿Cómo es que estos seres, dedicados a la autocontemplación y al trabajo cuestionable, podrían aportar a la sociedad? Yo era pobre de mente.

Como tu bien sabes, hace dos décadas hubo una gran marcha. En ella, esto jóvenes a quienes yo criticaba por decidir dedicar su vida a las cosas que yo consideraba de utilidad cero, protestaban. ¿Qué protestaban esos jóvenes? ¿Mejor calidad de vida? ¿Un mejor trato? ¿Una mejor educación? ¿Una postura nueva del gobierno? ¿Qué protestaban esos jóvenes? Escondido como un espía me asomé en lo que nosotros llamábamos sus cuarteles, era unas casas de campaña donde se dedicaban a dibujar grandes murales, escribían en el piso y en las paredes de los edificios. Mucha poesía es lo que encontré grabada en las piedras de las iglesias. Algunas parejas se amaban y expresaban su amor libremente por las calles, otros se acercaban a hablar con los demás y cuestionaban la bandera negra que ondeaba de encima de todos los edificios del gobierno. ¿Qué querían esos jóvenes? No supe entender, pero esos murales gigantes en el piso me miraban y trataban de comunicarme algo, la poesía escrita con letras de colores que escurrían por las paredes y cubrían las rocas de las iglesias me cautivaban, al tiempo que destruían algo dentro de mí que no alcanzaba a entender.

Cuando salí de su campamento caminé hasta nuestros cuarteles, verdaderas fortalezas diseñadas para la guerra. Trataríamos a esos jóvenes, los hijos de nuestra generación como enemigos, y pronto acabaríamos con esa rebelión inentendible. Me senté a observar por la ventana, vi como empezaba una intensa lluvia. Vi salir a los soldados, las camionetas, los tanques, los perros, los helicópteros..Todo se dirigía al centro de nuestra ciudad. Todo sería exterminado y podríamos seguir en el camino correcto, cuando ellos dejaran de estorbar. Algo me molestaba profundamente, me tenía inquieto.

Caminé por la oficina y entonces noté un cuadro de nuestro líder. Estaba pintado con oleo y colgado sobre la pared. Lo vi profundamente y traté de descifrar qué quería comunicarme aquel cuadro, pero no había nada. Aún así, cuando vi aquel mural inmenso que pintaron los chicos me sentí contrariado, mareado, pisoteado y asustado. Me sentí indefenso por completo. Cuando los soldados regresaron, los helicópteros se postraron en sus lugares y las pistolas dejaron de sonar, decidí caminar por el cuartel del enemigo, aquellas casas de campañas.

Encontré escenas de muerte y desesperación. Jóvenes muertos por doquier, a medio morir, y otros que lloraban en desgracia a los que se habían ido. Como en todos los enfrentamientos en los que había estado, no sentí nada. Cuando llegué a la plaza principal vi la poesía oculta detrás de la sangre que escurría de todos lados, las letras de colores ahora se ocultaban debajo de una capa de sangre roja. Entonces vi el mural, manchado de sangre, ocultó y deformado. Como si aquel mural hubiera cobrado relieve, se conformaba ahora de ríos de sangre y cuerpos hacinados sin vida. Nunca volvería a ver aquel mural, ahora descompuesto y sentí desdicha profunda. Me senté en una banca derrotado y vi que cerca de mí estaba un chico que moriría pronto.

Le pregunté porqué habían sacrificado su vida. Yo no alcanzaba a entender. Recuerdo que con las pocas fuerzas que le quedaban se rió y escupió sangré a la par. Luego, muy apenas me preguntó: ¿El mural te impresionó? ¿No quisieras más murales? Después falleció. Impresionado por su estoicismo ante la muerte y pasmado por sus últimas preguntas, regrese caminando hasta nuestro cuartel. ¡Toda una victoria! me dijeron al entrar. Contundente, decía yo. Me senté en mi oficina y con unos lápices intenté dibujar. Un asco, mis cuadros no transmitían nada, eran cuadrados, grises y apáticos. No había nada en ellos, era como aquel cuadro del líder. Durante semanas intenté dibujar algo que transmitiera algo, lo que sea, pero mi cuadratura se refocilaba ante mis fracasos.

Finalmente, al cabo de dos o tres años renuncié tras pronunciar mi protesta ante nuestra propia actitud de aquellos días. Ni siquiera yo entendía qué había sucedido. No vale la pena vivir un mundo sin murales, fue lo último que dije.

Ahora llego tarde, he llegado siempre tarde a muchas cosas. Siempre dentro del tic-tac del tiempo, las manecillas del reloj me recuerdan el tiempo que le robamos a esos jóvenes. El paso del minutero me repite que privamos al mundo de una generación entera, e intento llegar tarde porque así, quizá intento escaparme de las cuadraturas que yo mismo impuse. Siempre llego tarde porque tengo mucho mucho tiempo, todo lo que he robado tiempo es.

Por supuesto, Isthar rompe la carta.


martes, 7 de enero de 2014

Ayer era Lunes de Reyes

Hola de nuevo, mis escasos pero fieles lectores. El 2013 quedó atrás dejando muy buenas películas consigo, y ahora que está oficialmente terminado podemos hacer una lista con nuestras películas favoritas del año. Es por eso que aprovecho la ocasión para hablar de la película que más disfruté de las que se estrenó en cines el año pasado: Gravity, producida, dirigida y coescrita por el mexicano Alfonso Cuarón.

Estoy muy contento por el buen Poncho (así le decimos sus cuates), porque si bien su trayectoria ya es larga y llena de películas muy buenas, creo que era el único de los 3 importantes directores mexicanos actuales (sí, dije 3, ni se les ocurra intentar meter a Escalante en esto) que faltaba por dar el gran paso hacia el reconocimiento internacional, y parece indudable que con Gravity lo ha logrado.

La idea es sencilla pero llamativa: un grupo de astronautas sufre un accidente mientras se encontraban reparando un satélite, quedando a la deriva e incomunicados en pleno espacio sideral. Historias de naufragios hay muchas, pero en esta ocasión Cuarón va un paso más allá situando el naufragio fuera de la órbita terrestre, con todo y cantidad limitada de oxígeno disponible...

martes, 24 de diciembre de 2013

Martes Navideño

   ¡Sorprendiendo a propios y a extraños, he aquí mi entrada para esta semana! Para que vean que ya ni en Navidad voy a privarlos de mis escritos para descansar. Escribo desde mi celular y es una joda así que quizás queda corta la entrada, pero de todos modos a todo mundo le da hueva leer más de 3 renglones en esa perezosa semana del 24 al 2 de enero, así que no hay tos.
   Ah, la navidad. Esa bonita época del año en la que el canal 5 saca sus joyitas del cofre de los clichés, como "Mi Pobre Angelito" o "El Grinch" (dobladas y con comerciales larguísimos, como dios manda). Hay varias épocas del año (como Halloween o San Valentín) en las que Hollywood aprovecha para sacar una cantidad abrumadora de películas chatarra que a la gente les encantan, y de estas épocas es la navidad la que se lleva el premio mayor. Las películas de las fiestas decembrinas obedecen siempre al mismo esquema: comedias turbo cursis que siempre tienen un mensaje bonito y un final feliz poco originales; puaj. No es por amargado, pero complementar el olor a ponche y recalentado de bacalao de la casa con una hora y media de escenas caguengues ya no es lo mío (sí, de pequeño me gustaban, estaba chavo y se me hacía fácil). Algunas películas meten una que otra escena cínica como para pretender romper la costumbre pero terminan siendo el mismo cliché de siempre (te estoy hablando a ti, Love Actually). 
   Sin embargo, existen clásicos navideños que sí trascienden como buenos filmes y hoy mencionaré uno de mis favoritos: The Nightmare Before Christmas (1993) -o El extraño mundo de Jack en latinoamérica- de Tim Burton.
   Los fans del realizador dirán que es una de sus obras maestras mientras que sus haters la condenarán como una película más de un autor sobrevalorado. Sea como sea, debemos dejar en claro que en esta película Burton sólo tiene el cargo de productor (aportando el concepto original e inspiración para la película y participando ampliamente en la preproducción, aunque ya menos mientras se filmaba); la dirección en cambio corre a cargo de Henry Selick, un importante animador norteamericano precisamente especializado en stop motion, y que muchos verán con ojos de cariño por obras como Coraline.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Prison Break (Completa)

  Un día entré con un amigo a una tienda y había una promoción de 50% en series al comprar tres o más. Una de las series que compró fue Prison Break, que para entonces ya había terminado y el paquete incluía las 4 temporadas. Según recuerdo regresamos a casa e hicimos un maratón mortal.
  Seguro alguna vez han dejado sus actividades normales para dedicarse a una cosa específica sin descanso, ya sea estudiar, leer, jugar o practicar algo, olvidándose un poco (o mucho) de la persona que son y volviéndose uno mismo con la cosa. Eso hicimos cuando empezamos a ver Prison Break.


"Yo no lo hice." - Lincoln Burrows

  Prison Break tiene una historia envolvente que sigue su protagonista, Michael Scofield, en el intento de salvar a su hermano que ha sido condenado a muerte injustamente. Para esto planea minuciosamente su estrategia antes de ponerla en acción, asaltando un banco y terminando encerrado en la misma prisión que él, pues tras haber agotado los recursos legales para perseguir su libertad, ayudarlo a escapar es la única opción.


  Michael por supuesto tiene su plan bien trazado, pero en el transcurso de su misión habrá que improvisar, tomar decisiones importantes o incluso dar saltos de fé. En su andar en la cárcel se va haciendo de aliados, su grupo de escape, que va desde un mafioso hasta un violador. Además, su relación con el jefe y la doctora de la prisión, así como sus enemistad con el capitán de los guardias, juega un papel importante.



"Voy a escapar y tú te asegurarás de que mi hermano venga conmigo."

lunes, 16 de diciembre de 2013

Lunes de disculpas y de música

Hace un par de días, se cumplieron DOS MESES desde que yo o cualquiera de los tres autores publicó en este blog (aunque el Pingüino jura que no escribía en protesta a mi desidia), lo cual evidentemente me llena de vergüenza. Este lunes, queridos lectores, queda marcado de nuevo como mi regreso triunfal al blog, y espero ahora sí volverme un bloggero disciplinado. Hace poco me pidieron que escribiera un pequeño artículo para la revista electrónica de una amiga, y dado que el artículo tiene que ver con cine, seré oportunista y lo publicaré aquí también. Gracias a todos aquellos que decidan leerme a pesar de que soy un "escritor" sumamente irresponsable. Ojalá lo disfruten y bienvenidos de vuelta a nuestro blog.

Bandas sonoras: la única "música de banda" que vale la pena escuchar.

Cuando uno ve una película, hay ciertos temas que van de cajón a la hora de discutirla con alguien: la trama, los actores, los efectos especiales… Algunos individuos más snob incluso dialogarán sobre la dirección, o la cinematografía. Pero hay un tema que constantemente elude nuestras mesas de debate sobre una película y que sin embargo es un ingrediente fundamental en todas ellas: la banda sonora.

No exageremos. Claro que hay películas cuyo OST nos enamora, incluso hay algunas en las que este elemento es lo más destacable de todo el filme (la recién estrenada Jobs es un buen ejemplo de esto). Y es por eso que en este artículo, le dedicaré unas líneas a varias obras musicales que nos hicieron vibrar en la sala de cine (o en la comodidad de tu sala).

lunes, 14 de octubre de 2013

Lunes, yo también soy una vergüenza

He vuelto, después de tres semanas de desidia absoluta (ya incluso Malors publicó, ¡no mames!); simbólicamente, mi regreso tras una pausa tan vergonzosamente larga se da en el día más odiado por la chaviza. Pido una ENORME disculpa a todos mis ávidos lectores (sí, ustedes dos o tres) quienes, durante tres lunes consecutivos, entraron al sitio de internet y se encontraron con la trágica sorpresa de que no había publicado. Procuraré que una ausencia tan larga no vuelva a repetirse.

Este lunes, hablaré de una película considerablemente más vieja que el resto de las que se han tratado en este blog. Se trata de una de las obras más famosas de uno de los directores más importantes del Cine de Oro mexicano: Los Olvidados (1950), de Luis Buñuel. Como ya había mencionado en mi primera entrada en este blog (aquí pondría un link a dicha entrada SI SUPIERA CÓMO HACERLO), la película hizo que Luis Buñuel ganara el Prix de la mise en scène (mejor director) en la edición de 1951 del festival de cine de Cannes, siendo el único "mexicano" (era mexicano de mentiritas, un español naturalizado) en poder presumir dicho logro durante más de 50 años, hasta que Iñárritu consiguió el mismo galardón en 2006.

Los Olvidados cuenta la historia de un grupo de gente (casi todos unos chamacos) habitantes de una zona pobre de la Ciudad de México. La película refleja con una precisión hiriente las dificultades que trae consigo una vida sin privilegios económicos; es una total tragedia de inicio a fin, pero una tragedia llevada a cabo de manera brillante. Todos los personajes, afectados por la complicada situación que viven, tienen personalidades volubles y ninguno termina totalmente por consolidar un papel de "bueno" o "malo"; simplemente actúan por instinto de supervivencia, reaccionando ante la tremenda cantidad de adversidades que se les atraviesan. Ahondaré en este punto en la sección con spoilers.