Hace un par de días, se cumplieron DOS MESES desde que yo o cualquiera de los tres autores publicó en este blog (aunque el Pingüino jura que no escribía en protesta a mi desidia), lo cual evidentemente me llena de vergüenza. Este lunes, queridos lectores, queda marcado de nuevo como mi regreso triunfal al blog, y espero ahora sí volverme un bloggero disciplinado. Hace poco me pidieron que escribiera un pequeño artículo para la revista electrónica de una amiga, y dado que el artículo tiene que ver con cine, seré oportunista y lo publicaré aquí también. Gracias a todos aquellos que decidan leerme a pesar de que soy un "escritor" sumamente irresponsable. Ojalá lo disfruten y bienvenidos de vuelta a nuestro blog.
Bandas sonoras: la única "música de banda" que vale la pena escuchar.
Cuando uno ve una película, hay
ciertos temas que van de cajón a la hora de discutirla con alguien: la
trama, los actores, los efectos especiales… Algunos individuos más snob
incluso dialogarán sobre la dirección, o la cinematografía. Pero hay un tema
que constantemente elude nuestras mesas de debate sobre una película y que sin
embargo es un ingrediente fundamental en todas ellas: la banda sonora.
No exageremos. Claro que hay películas
cuyo OST nos enamora, incluso hay algunas en las que este elemento es lo más
destacable de todo el filme (la recién estrenada Jobs es un buen ejemplo de esto). Y es por eso que en este
artículo, le dedicaré unas líneas a varias obras musicales que nos hicieron
vibrar en la sala de cine (o en la comodidad de tu sala).
Empecemos con un clásico. Si
existe un género que explota muy bien el ingrediente sonoro de una película, es
el cine de terror. Y si vamos a hablar de películas de terror que hagan bien
esto, no podemos dejar de lado a Psycho (1960),
del maestro británico Alfred Hitchcock. Cualquiera puede corroborar que esta es
una obra clásica y emblemática del género del suspenso, y no cabe duda que gran
parte del impacto que ella causa en el espectador es provocado por su
espeluznante score. Bernard Herrmann, frecuente colaborador del director, fue
el encargado de crear ésta que quizás es su mejor composición; el limitado
presupuesto con que contaba lo obligó a usar un ensamble de cuerdas en lugar de
una orquesta completa, lo cual termina por ser ventajoso, ya que el sonido
chillante de las cuerdas sin otro que lo equilibre mete poco a poco al
espectador en la tensión de la trama. El fragmento musical de la escena de la
regadera es probablemente el más famoso en la historia de la música en el cine
(lo lamento, Marcha Imperial).
Sería fácil eternizarse hablando
de grandes películas con excelentes scores (Slumdog
Millionaire, The Godfather o The Social Network se me vienen a la
mente), pero al fin y al cabo ésta es la sección de música de la revista y uno
quiere leer sobre buenas canciones qué escuchar, y a pesar de que un score puede
ser magnífico al ver la película, a veces escucharlo aparte resulta una
experiencia decepcionante. Es por eso que ahora hablaré de dos soundtracks cuya
selección de canciones disfruto bastante, y que sin duda considero
recomendables.
El primero de ellos pertenece a
una película de culto (uso un eufemismo farol para evitar decir que a pocas
personas les gusta) llamada Scott Pilgrim
vs. The World (2010). Como mencionaba, es una película bizarra con un humor
igualmente peculiar (que yo personalmente disfruto); está basada en una serie
de novelas gráficas cuyos protagonistas constantemente asisten o incluso tocan en
conciertos, y por ello opino que un gran logro de la banda sonora del filme es
que logra darle vida fielmente a esta parte tan esencial del cómic. Pero
independientemente de que la película sea o no de tu agrado, no se puede negar
que el soundtrack es elogiable. La lista de canciones abarca desde una leyenda
del Rock como lo es The Rolling Stones hasta llegar a artistas de este siglo
como The Black Lips; además, posee unas cuantas composiciones originales
interpretadas por los propios actores de la película que son de muy buen oír, y
que obviamente se disfrutan más después de ver la película. Es un soundtrack
muy campechano y coqueto que vale la pena revisar y de paso, si se animan,
echarle un vistazo también a la película.
El otro OST seguramente será familiar
para casi todos, y pertenece a la famosa película Amores Perros (2000), primer largometraje del prestigioso director
mexicano Alejandro González Iñárritu. La música de esta película cuenta con una
fuerte colaboración del compositor y productor argentino Gustavo Santaolalla,
quien ostenta dos premios Óscar y varios Grammys en su haber. Además, en dicho
soundtrack aparecen canciones de importantes artistas latinoamericanos como
Celia Cruz, Café Tacvba, Control Machete y más. Algunas canciones pasaron a
volverse grandes clásicos de la música en español tras aparecer en la película;
todo fan de los Tacubos sin duda disfruta de escuchar Aviéntame (la cual fue compuesta especialmente para la película), y
¿quién no ha cantado en voz alta Lucha de
Gigantes, de Nacha Pop? Además, el éxito del filme ayudó a impulsar las
carreras de artistas como Ely Guerra y Julieta Venegas. La película se ha convertido
en una de las mejores obras surgidas de la “Nueva Ola del Cine Mexicano”, y una
banda sonora tan sólida la ha ayudado a consolidarse en esa posición.
Hasta aquí llega esta nota,
habiendo dejado fuera a grandes compositores del cine como John Williams o Nino
Rota. Espero haber hecho recomendaciones musicales acertadas, pero
principalmente quiero motivar que cada vez que veas una película y las
canciones que escuches a lo largo de ella te parezcan agradables, te des a la
tarea de buscar la lista completa. Porque a veces el soundtrack de una película
se convierte en una playlist consentida de nuestra propia biblioteca de música.
Uno de mis soundtracks favoritos es el de (500) Days of Summer. Indie y optimista, siempre me anima cuando no llegan las ganas de trabajar.
ResponderBorrarA todo mundo le gusta ése. Pensé en incluirlo pero quería dejarlo breve y me gustan más los otros dos.
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